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La implantación de la Tarjeta Transporte Público implica numerosos procesos para la creación de cada unidad, uno de los cuales la realizan personas con algún tipo de discapacidad, favoreciendo su integración en la sociedad a través de este empleo. La empresa Fucoda, perteneciente al grupo de empresas de la ONCE y su fundación, es quien se encarga del procesado informático de las solicitudes de la Tarjeta Transporte Público recogidas en papel y emplea a un total de 517 trabajadores, un 70% de ellos con discapacidad.
El gerente del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, Jesús Valverde, ha visitado hoy las instalaciones de la compañía y ha comprobado el trabajo que en ella se realizan. A partir de las solicitudes del nuevo soporte de transporte realizadas a mano, se crean registros de personalización informáticos que permiten grabar los datos en las Tarjetas finales. Actualmente, la Comunidad de Madrid ha emitido ya 1,7 millones de las nuevos soportes de transporte con tecnología sin contacto, 800.000 de ellos en papel, fundamentalmente en estancos.
“La relación de Fucoda con el Consorcio Regional de Transportes –explicó el responsable autonómico- proviene del principio de los años 90, con muy buenos resultados, por lo que este organismo continua promoviendo la integración de las personas con algún tipo de discapacidad a través del trabajo hace más de 20 años, una cuestión que debe ser una satisfacción para todos los usuarios del transporte público, como parte de este sistema”.
Fin del abono magnético
Durante la visita, el gerente del Consorcio Regional de Transporte recordó que antes de fin de año se prevé haber sustituido todos los abonos de transportes magnéticos de la Comunidad de Madrid por la nueva Tarjeta de Transporte Público con tecnología sin contacto, alcanzando los dos millones de unidades.
Este soporte ofrece muchas ventajas a los usuarios, como su tamaño reducido, la rápida validación, su período de validez de 30 días naturales y la posibilidad de consultar el saldo a través de Apps y recuperarlo en caso de extravío de la Tarjeta. Además, permite cambiar el perfil del usuario (Joven, Normal o Tercera Edad) o la zona tarifaria del título, sin necesidad de cambiar la tarjeta, y se permiten todas las opciones de Abonos Interzonales, ajustando de esta forma mejor la compra del Abono a las necesidades de movilidad de los usuarios.
“La Tarjeta Transporte Público implica un incremento de la calidad, ya excelente, del sistema de transporte, pero es importante conocer los numerosos y complejos procesos que incluyen su desarrollo. En ellos, la Administración también pretende seguir el lema base del Consorcio Regional de Transportes ‘unimos Personas’, como demuestra su relación con empresas que potencian la inclusión de colectivos con mayores dificultades”, concluyó Valverde.